sábado, 20 de abril de 2019

AYER Y HOY


Una época de persecución amenazante

Por Ascanio | 20 abril de 2019



Empezaba el último año del ministerio de Jesús en la carne. Y como ayer, se iniciaba un cambio total y peligroso para lo que Él representaba; el bien y la justicia. La estimación y popularidad hacia Jesús iba a dar un vuelco sin retorno hasta nuestros días.


¿Razones? El mal no busca razones, los crea. Y como ayer, aquellos hijos de perdición buscaron infamar al Hijo del Hombre. La jerarquía y el populacho no solo se pusieron en contra, sino que conspiraron para su destrucción y muerte.


El gran líder, que en su momento supo aportar de lo mejor que tenía, para sí y los demás, tenía que pagar el precio de ser el portavoz de la verdad y lo correcto. La maldad no le perdonó y lo puso en manos de sus astutos críticos, convirtiéndolo en un peligroso enemigo para la sociedad.


Los oficiales de la jerarquía judía no cesaron en acecharlo y vigilarlo, anotando cada hecho en la que supuestamente violaba la observancia tradicional de los ancianos, con el único objetivo de hacerlo aparecer como un ofensor a las costumbres de la ley.

No les importaba la esencia del mandato de Dios, dada a Moisés, pero si se escandalizaban cuando Jesús o sus discípulos no observaban las tradiciones de los ancianos, que eran normas menores y que no provenían de la naturaleza de Dios, sino de los hombres. 


Ayer como hoy, los hijos de perdición levantaban la voz de Sión para sentirse con el derecho de decidir sobre la vida de cualquier inocente. Hijos de Satán, amantes de doctrinas de hombres, no miraban el mundo como un lugar en donde debía restaurarse la Tierra con su gloria paradisíaca. Regían la vida de todo ser humano bajo leyes que atropellaban y lo corrompían todo.

El mundo iba a ser testigo del mayor mal que se hizo a la humanidad: destruir la naturaleza divina de la ley, para reemplazarla por normas elaboradas en la oscuridad mental de los hombres. Ese fue el comienzo de una era regida por aquellos que se dicen ser los Hijos de Sión


Su ley y sus mentiras rigen al ser humano en la era actual, convirtiéndonos en lo que siempre quiso Satán; sumisión absoluta a su voluntad, mediante las normas que sus discípulos nos imponen opresivamente. Olvidando que lo más importante no son nuestros derechos y la exigencia de su cumplimiento, sino la necesidad de cumplir con nuestras obligaciones y responsabilidades para con el género humano: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame».

viernes, 8 de marzo de 2019

Para mí, Día de la Dignidad


Cuando la persona es más importante que el género.





Cuando yo tenía 17 años, tuve un encuentro con la realidad descarnada, tal cual. En ese entonces yo laboraba en la tienda Disco Centro Héctor Rocca. Mi lugar de trabajo era la sede principal que se encontraba en Miraflores. Ahí tenía su oficina el Gerente General de la tienda de discos. 

Aún recuerdo con agradecimiento al Señor Rotalde, que así se apellidaba el gerente. Era un señor de buena familia, noble y respetado en la zona. Temido por sus trabajadores por su carácter firme. Esa era la imagen que yo tenía del señor Rotalde, hasta que un día sucedió lo que no debió suceder.

Había llegado de viaje, ya que no vivía al parecer en el Perú, el dueño de la tienda de discos. Y especialmente, para hacer el cambio de equipo de sonido de la tienda; el que existía ya estaba algo viejo.

Recuerdo estupefacto, porque así me encontraba yo y todos los demás, escuchando como el dueño contradecía cada cosa que alegaba el gerente, a tal punto, que en un momento dado el gerente general solo atinó a bajar la cabeza y decir a cada cosa que agregaba el dueño: «sí, señor; sí señor».

Ese día descubrí que existen dos tipos de personas en el Perú: los sumisos, que aceptan los abusos del resto y los grandes señores, que creen que la única ley que existe es la propia y que los demás tienen que aceptar todo lo que ellos dicen.

Hasta el día de hoy, veo esto en todas partes del Perú. El abuso no se da de hombres contra mujeres, ahí nos equivocamos. Se da, siempre, básicamente entre los que tienen el control y los que son dependientes de ese control. Entre los que están en una posición de fortaleza y los que están en una posición de debilidad. Y esto nada tiene que ver con géneros, ni sexos.

La persona que tenga el poder podrá usarlo en desmedro de los que no lo tienen. Sucede con las parejas (hombre+mujer) que abusan de nanas. De patrones que maltratan a sus peones en el ámbito de la construcción o en el agro. Y la lista sigue. La violencia de género no puede ser aislada de la violencia general que se da en todos los niveles de la sociedad y su solución no va por el lado de sanciones para los que abusan de las mujeres. Por el contrario, al no considerar el problema en toda su magnitud, esto llevará al fracaso de cualquier iniciativa noble al respecto. 

Miren bien, que nos están engañando. La violencia no cesa, sino que aumenta cada año.
 

 

jueves, 22 de noviembre de 2018

UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA EL PERÚ





Por Ascanio


Hemos llegado a un momento crítico y la política del Perú debe cambiar. La oportunidad que tanto anhelamos no es la que se espera permaneciendo sentados, creyendo que esta llegará en algún momento de nuestras vidas caída del cielo. Si hay algo que no debemos hacer es, precisamente, permanecer con las manos cruzadas. 

El Perú necesita una profunda reforma política, establecer cosas nuevas con respecto a la función del gobierno y de las instituciones del Estado. Sin ese paso valiente y audaz, todo lo que nos da miedo y asco, permanecerá ahí, coactando cada vez más nuestra libertad. Y llegará el día en que el crimen organizado que se ha apoderado de nuestro país, cierre el cerco de manera total, que cada uno de nosotros se encontrará completamente solo e incapaz para hacer algo.

Durante siglos se nos ha hecho creer que la Democracia descansa en las personas que son puestas en el poder y que en nombre nuestro deciden el destino de cada uno de nosotros. ¿Puede alguien, con un poco de sentido común, creer eso? Claro que no. Por eso, esta supuesta Democracia nunca ha funcionado, porque no lo es. 

El gobierno es el problema. Nosotros no tenemos decisión en este y mientras eso no suceda, lo que más nos conviene es algo que nunca le interesará al gobierno. Por eso, nunca hemos logrado bienestar real y continuo.

Llega el momento del ciudadano, el único que realmente puede en conjunto con el resto, crear por primera vez el sistema democrático que el Perú nunca tuvo. Y la de conformar una verdadera clase dirigente, emanada del pueblo. ES EL MOMENTO DE CORTAR DE RAIZ CON LA CLASE DOMINANTE QUE NOS HA GOBERNADO DURANTE SIGLOS, SIN DERECHO REAL ALGUNO Y SIN BENEFICIO PARA NINGUNO DE NOSOTROS.